Estoy en preparación para la partida hacia Jerusalén, hoy dejé por última vez a Conejito y Sonrisa con su Institutriz, ignorando lo cariñoso y nostálgico que estoy, pero me complacen con un fuerte abrazo. Aún las tengo, ya que no comprenden a su corta edad, mi traición al Castillo. El Obispo Williams me advierte que lo más terrible es decepcionar a tus hijos cuando tu eres casi un superhéroe para ellos. Este debería ser mi castigo por mis pecados, Soy un aprendiz de Caballero, sin principios ni valores, que comienza a poner lo pies sobre la tierra con mi alma y corazón a disposición de Dios para guiarme en esta dura prueba.
Mañana será diferente cada minuto, desde el alba sin los mios, sin ti, sin ellas. Mi primera misión es cabalgar hacia el Este, cruzando Los Pirineos, tendré que aprovisionarme de víveres y vestimenta, ya que estas montañas son heladas. El gran consuelo es que cada tarde, el Mago Merlín me proporciona de una puerta interestelar que me permite llegar desde mi campamento al Castillo y ahí poder abrazar a Sonrisa y Conejito, darles la bendición y en un cerrar y abrir de ojos volver a mi lugar de avanzada. Antes de ello quizás pueda mirar desde la colina con un catalejo a Mi Amada, hoy como toda mujer que da un vuelco en su vida, se traduce en un cambio de peinado, para marcar el antes y el después, para mi antes y después es la misma Hermosa Lila.
T.A.M.H.L
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